Ella caminaba por el camino, rodeada de un campo repleto de flores. El sol brillaba en el cielo, iluminando el paisaje con sus rayos dorados. A medida que avanzaba, la mujer sentía la brisa suave en su rostro, el aroma de las flores en el aire, y el canto de los pájaros en los árboles. Se sintió relajada y en paz. Era una sensación maravillosa. Estaba tan absorta en el momento que casi no se dio cuenta de que había llegado al final del camino.